En un mundo donde el cambio económico es constante, preservar, incrementar y transferir riqueza se ha convertido en una prioridad para quienes desean dejar un legado duradero. La inversión generacional ofrece un plan estructurado que trasciende la vida de una sola persona, impactando positivamente a hijos, nietos y hasta a comunidades enteras.
Este artículo explora las estrategias, cifras y herramientas necesarias para diseñar un plan patrimonial que responda a las necesidades de cada etapa de la vida. Descubriremos cómo aprovechar productos financieros adaptados por generación y cómo enfrentar los desafíos culturales y sociales que rodean la transferencia de riqueza.
La inversión generacional se basa en la premisa de gestión patrimonial intergeneracional. Su objetivo es garantizar que el patrimonio acumulado no solo se mantenga intacto, sino que también crezca con el tiempo para beneficio de futuras generaciones.
Este enfoque reconoce que las necesidades financieras y la tolerancia al riesgo varían según la etapa vital, por lo que combina fases de mayor agresividad en la juventud con preservación de capital al acercarse a la jubilación.
El fenómeno conocido como el gran traspaso de riqueza involucra cifras colosales. Se calcula una transferencia intergeneracional de hasta 124 billones de dólares en Estados Unidos para 2048, lo que equivale a una pesada responsabilidad para bancos y asesores.
Entre 2023 y 2045, 84.4 billones pasarán a herederos y casi 12 billones se canalizarán a causas filantrópicas. Más del 50% de estos montos provendrá del 2% de los hogares más ricos, evidenciando la concentración de la riqueza.
Los modelos tradicionales de pensiones han dado paso a fondos generacionales que asignan recursos según el año de nacimiento. En México existen 10 SIEFORES agrupadas por bloques quinquenales, permitiendo una transición gradual en la exposición al riesgo.
En Costa Rica, los fondos de pensión ajustados generacionalmente siguen criterios similares. Estos esquemas buscan maximizar rendimientos durante la juventud y proteger el capital conforme se acerca la jubilación, optimizando así cada etapa de la vida.
No todo el traspaso es directo a hijos. Se estima que 54 billones de dólares se transferirán primero entre cónyuges, especialmente hacia mujeres viudas de generaciones mayores, complicando los escenarios de planificación.
Estos pasos no solo brindan certeza legal sino que fomentan una cultura de responsabilidad y sostenibilidad patrimonial.
La inversión generacional no se limita a cifras y productos; es un acto de amor y previsión hacia quienes vendrán después. Implica transmitir valores de prudencia, visión a largo plazo y compromiso social.
Al diseñar un plan de gestión patrimonial intergeneracional, garantizas que tu patrimonio no solo sobreviva a las turbulencias económicas, sino que también impulse proyectos, sueños y oportunidades para generaciones futuras. Hoy, más que nunca, es el momento de actuar y consolidar un legado financiero sólido que hable de tu visión y responsabilidad.